Además de los alimentos, la técnica de vacío permite proteger del aire y del tiempo una gran variedad de objetos sensibles a la oxidación, como cubiertos, joyas, papeles, documentos, pilas alcalinas y películas. Además, esta tecnología también puede utilizarse para reducir el tamaño de los pañales, sábanas y pequeñas prendas de vestir, eliminando, entre otras cosas, la posibilidad de contaminación por ciertos alérgenos, como los ácaros.